martes, 25 de junio de 2013

Introducción

Los trabajos aquí posteados son el resultado de un taller de escritura realizado en el colegio Moyano Coudert, durante mayo-junio de 2013, con la finalidad de promocionar la lecto escritura y la expresión literaria por parte de alumnos del sexto año. Pensamos que es la mejor forma de promocionar el uso y estudio del lenguaje, no ya desde la ejercitación técnica de estructuras rígidas sino desde lo lúdico y lo imaginario. Aquí se pueden leer algunos de los trabajos mencionados.

martes, 11 de junio de 2013

La historia de Mariana



         Mariana es una niña que había nacido en una numerosa  familia compuesta por siete hermanos: David, Mariana, Daniela,  Magali, Marcelo, Darío y el más chico Rafael;  y sus dos padres llamados Susana Romero y Octavio Godoy  
         Un día Mariana se le dio por querer sacarle una monedita de la cartera de su mamá (ella tenía ocho años) pero había muchos papeles para encontrar algo chiquito y entre todos esos papeleríos sacó algo que la sorprendió, un documento con su nombre completo pero solo cambiaba el apellido en el cual decía que era de apellido Romero en vez de Godoy; al demorarse en ver esto, entró su madre y la vio con el documento en sus manos y rápidamente se lo quito tan nerviosa y su hija le pregunta porque estaba así y porque el documento que agarro tenía su nombre y que tampoco entendía porque decía que era Romero…!
         La madre de Mariana le comentó que era un documento sin importancia, porque se lo había encontrado en la calle cuando había ido a comprar y nada más; aunque Mari también se ligó la retada de su madre por lo que le había estado revisando la cartera.
         Pasaron los años y Mariana no se preocupó más de ese dichoso documento que encontró de chica pero lo curioso es que no lo volvió a ver más desde esa vez que se lo quitó su madre, pero en fin, se acercaba su cumple años y ella muy contenta quería invitar a toda su familia así festejaban entre todos después de tanto tiempo que no los vio porque al tener su primer hijo, Cristian, ella se fue a vivir sola a otra ciudad y tenía tantas ganas de volverlos a ver que los invito a todos… por desgracias su madre no pudo venir pero si todo el resto de la familia; era tan grande el festejo que había ese día que todos tomaban, bailaban y charlaban…Fue algo que mariana no se imaginaba la alegría inmensa que había ese día, hasta que su padre se puso ebrio y la llamo entonces ella fue y le dijo:
(Mariana) – ¿Si papá que pasa?
(Octavio) –hija, ¡tengo que decirte algo!
(Mariana) – ¿qué papá?
(Octavio) – ¡vos no sos hija mía!
(Mariana) – ¡hay papá deje de hablar tonteras!
(Octavio) –no son tonteras, esto que te estoy diciendo es cierto mariana… “VOS HIJA MÍA NO SOS”
(Mariana) –bueno papá después hablaremos bien ahora siga disfrutando la fiesta… ¿y puede ser que deje de tomar un poquito? Está muy tomado papá.
(Octavio) –no te preocupes, hija, no tomaré más… sólo quiero acostarme un ratito para que se me pase…
(Mariana) –bueno papá gracias… valla y acuéstese en cama de Cristian.
         El padre de mariana se fue a acostar y ella no le dio importancia a lo que había dicho su padre porque estaba tomado y cuando las personas están tomadas pueden hablar cualquier cosa… asique ella siguió con su fiesta junto a sus hermanos.
         Pasó el día de su cumple y cada uno tuvo que volver a sus respectivos hogares pero a Mariana le salió una diligencia que tenía que hacer en su pueblito natal, y tuvo que viajar teniendo que dejar a su hijo Cristian con su padre.
Cuando llego allá tenía que presentar su partida de nacimiento, foto copia del documento y varias cositas mas que le habían pedido para hacer ese papel que le hacía falta. Cuando presentó la partida de nacimiento no se la aceptaron porque estaba muy incompleta y ni siquiera tenía el nombre del hospital en el que nació y Mariana jamás le había llamado la tención hasta ese día.
         Ella fue a la casa de  los padres para sacarse la duda esa que tenía de por qué esa partida de nacimiento estaba tan incompleta y al llegar la única explicación que recibió fue que no sabían nada.
         Mariana, al no tener una respuesta concreta de lo que sucedió con su partida, tuvo que empezar a averiguar qué fue lo que ocurrió ese 14 de septiembre de 1971. Lo peor es que la tenían de un lado para el otro porque no se encontraban rastros de que haya nacido en el supuesto hospital que la madre le supo decir; tuvo que volver a su ciudad donde ella vive para ir a ver a su hijo pero tenía pensado volver para terminar de averiguar qué fue lo que pasó.
         Pasaron tres semanas y Mariana volvió pero cuando iba a camino de su pueblo natal se le vino un recuerdo de su hermana Daniela que curiosamente tenía el mismo documento que ella pero solo cambiaba el último dígito como si hubieran nacido mellizas… siendo que se llevan dos años de diferencia, en fin eso fue algo que no se podía sacar de la cabeza porque ya nada cerraba con respecto a su identidad y se durmió en el colectivo como el viaje era largo… mientras ella dormía soñó con el documento que se encontró cuando tenía ocho años en la cartera de su mamá, que decía su nombre pero era muy raro jamás se pudo olvidar de ese apellido con el que ella salía: Romero.
         El viaje terminó y Mariana despertó de su sueño y cuando fue al registro se averiguó sobre ese dichoso documento que se encontró de chica y no lo podía creer porque ese documento no pertenecía a otra persona ¡¡¡en realidad era de ella!!! Mariana muy sorprendida y sin palabras no sabía ya ni que pensar porque la persona que ella pensó que era, ya no existía y ¿Quiénes eran sus padres? ¿En dónde nació? ¿Qué sucedió que calló en mano de otra familia? TODAS ESAS ERAN PREGUNTAS QUE MARIANA SE HACIA EN SU CABEZA la investigación era más profunda cada vez porque por lo menos ahora tenía de dónde comenzar ¡o una pista de algo! Pero antes fue a la casa de sus padres y les preguntó:
Mariana: -¿hola, papá, cómo está? ¿No la vio a la mami?
Octavio:-hola hija, bien y ¿vos? Ah, y tu madre está en el patio; pasá y habla con ella…
Mariana:-emm papá, yo en realidad necesito hablar con los dos ¿puede ser?
Octavio:-¡sí, hija, vamos! ¿Pero de qué?
Mariana: -mejor prefiero decírselo a los dos juntos. Vamos papá.
Octavio: -bueno hija, vamos.
Mariana: bueno por fin voy a poder hablar con ustedes pero necesito que me sean sinceros y que me digan la verdad es lo único que quiero… ¿puede ser?
Octavio: -si hija, dínos…
Mariana: -¿Mamá yo soy adoptada?
Susana: -ay, hija, cómo podes pensar eso… ¿por qué nos lo preguntas?
Mariana: ¡se los pregunto porque necesito saber la verdad de sus propias bocas!
Octavio: (muy desconcertado y sin palabras porque tampoco le correspondía decirle esa verdad a mariana porque se lo debe decir su madre)
Susana: hija, dejá de hablar tonteras y cambiá de tema, ¿cómo vas a ser adoptada vos…?
         Mariana dejo todo ahí pero ella sabía muy bien que le estaban mintiendo y no le quedo de otra que seguir averiguando por su cuenta; y, de tanto que investigó no podía creer lo que pasó. La persona que ella creyó toda su vida que era su madre resulta ser la HERMANA, y su abuela (Rosalinda) su MADRE…
         Cuando Rosalinda tuvo a Mariana, la abandonó, porque no quería tener otro hijo más, porque no estaba en buena situación económica, al abandonarla su hermana (Susana) le dio tanta lástima que la adopto ella como hija suya y quedo de acuerdo con su madre (Rosalinda) que nadie más sabría esto.
         Mariana se enteró de todos los detalles por parte de su padre que se lo dijo… “claro que a escondidas de Susana porque tendrían muchos problemas los dos”   no se sabe cómo, ni quien les dijo todo lo ocurrido a los hermano de mariana, pero fue tanta la crueldad con la que la trataron que todos los hermanos la hicieron un lado sin ni siquiera dirigirle la palabra a ella ni, sus hijos. Por ocho años tampoco se vieron hasta el día de hoy mariana sigue esperando que algún hermano se sepa poner en su lugar para no sentir ese vacío que sintió desde ese momento en que supo su verdadera identidad.


Yohana Yesica Martínez

           Mayra Cabral

sábado, 8 de junio de 2013

El hechizo mortal





            En el año 1970 en la ciudad de San Francisco cuenta la historia de una mujer llamada Juana que tenía veintitrés años, pelo largo castaño y unos ojos azules muy luminosos. Estaba a punto de casarse, se sentía muy feliz de enamorarse de alguien tan dulce y tierno como era su prometido. Y además, pronto sería mamá. El se llamaba Austin, era un hombre elegante, alto y muy sutil.



            En el día de la boda él recibe un llamado anónimo donde es víctima de una amenaza, la cuál decía que debía abandonar a Juana en el altar para salvar a su propia madre de un secuestro.
            Austin no sabía que Juana tenía una enfermedad grave en su corazón y se curaba solamente con el amor que le diera la persona que ella amara.
Ella nunca se lo contó, porque imaginó que su amor era tan grande que nunca terminaría.
            Cuando ella entra a la iglesia se da cuenta que su futuro esposo no se encontraba allí, y sintió que sus latidos comenzaron a disminuir hasta desvanecerse en el piso. La gente asombrada corrió a ayudarla, pero ella no respiraba. Rápido llamaron a la ambulancia y la llevaron al hospital.
Austin por otro lado, destruido por la situación que estaba viviendo su madre, llegó al lugar donde fue citado tras otra llamada y al llegar allí preguntó a quien se hizo llamar secuestradora:

Austin: ¿Por qué me hicieron abandonarla si yo la amo?
Secuestradora: ¿A caso no sabes la enfermedad que ella tiene?
Austin: ¿De que enfermedad hablas?
Secuestradora:  Juana necesita de tu amor para sobrevivir, si su corazón entristece ella morirá. Y más aún que ya la abandonaste.
Austin: ¿Pero por qué me haces esto a mí?
Secuestradora: Ella no merece ser feliz, ella me quitó lo más importante que tengo en la vida.
Austin: ¿Qué Cosa?
Secuestradora: A ti.

            Él, asombrado, no podía creer lo que Guillermina, su primera pareja, le estaba contando. Él solo preguntó por su madre y ella le confesó que solo fue una trampa para tenerlo a él.
            Juana estaba en grave estado en el hospital.
            Él trató de escapar de Guillermina, pero ya fue demasiado tarde.
            Ella lo secuestró encerrándolo en una jaula.



            Al pasar los días Juana lentamente iba muriendo y Austin hechizado por los encantos de esta mujer obsesionada termina olvidándose de Juana como si nunca la hubiese conocido y pasa el resto de sus días junto a Guillermina.
            Juana con el amor del hijo que llevaba en su vientre, logró recuperarse, pero al enterarse que Austin estaba feliz con otra mujer ella toma la decisión de suicidarse.



Daniela Ochoa, soy hija de Claudia Césaro y Daniel Ochoa, nacida el 21 de noviembre del año 1995 en la ciudad de Córdoba. Hice mis estudios primarios en el colegio Bernardo de Monteagudo y actualmente estoy cursando mi último año de secundaria en el IPEM 42 Moyano coudert. Estoy interesada en seguir una carrera universitaria, me inclino más por la psicología.


Marlen Bagilet, soy hija de Marcela Aragón y Alcides Bagilet, nacida el 27 de noviembre del año 1995 en la ciudad de Córdoba. Hice mis estudios en el Instituto Gral. Manuel Belgrano y actualmente estoy cursando sexto año en el IPEM 42. Quisiera seguir mis estudios universitarios en profesorado de educación física. 

Hombre en llamas




                Esta es la historia basada en la familia Williams. Mamá Sarah, papá Roy y su hija Megan. Son una familia de clase alta que viven en la ciudad de Tucson (EEUU) donde ocurren muchos secuestros, la cual quieren contratar a un guardaespaldas para su hija, ya que ellos la mayoría del día están trabajando y no comparten tantos momentos con ella, por seguridad de la niña y un poco de tranquilidad para ellos.

                                              


                Sam, quien llega a la ciudad, estaba desocupado, tenía una buena presencia, sorprendente historial, sin familia, queda contratado ya que era el más destacado dentro de los otros. 
   Logra una buena relación, amistad y confianza con Megan al pasar el tiempo.

                Un día como cualquier otro, a la salida de la clase de piano de la niña, se produce un enfrentamiento con una emboscada de autos y un par de personas armadas, donde quedan atrapados... Hubo un tiroteo, donde hirieron a Sam quien muere en el acto, logrando así, que secuestraran a Megan.

                Su madre y su padre desconsolados, tristes, angustiados, se ponen fuertes y comienzan una búsqueda grandísima en toda la cuidad junto a la policía.

                Al pasar del tiempo, logran un acuerdo de intercambio de dinero a cambio de un signo de vida de su hija con los supuestos secuestradores; En el cual debía uno de ellos depositar el dinero en un contenedor, justo ahí en el lugar donde ellos le ordenaran, tenía que ir sin ningun arma y sin mirar para ningún lado.



                                          
  
              Roy, su padre, es el que decide ir y quien en el momento del hecho acordado, sin darse cuenta, impulsivamente, voltea su cabeza hacia los costados y es agredido inmediatamente con una bala en el con una bala en el pecho, que lo deja tirado en el suelo inmovilizado.

                La madre, junto a los policías que estaban escondidos mirando lo que sucedía, donde al oír el disparo , Sarah, sale corriendo hacia el lugar y en ese mismo momento la ver a su hija queriendo escapar del auto de los secuestradores, haciendo que se produzca un tiroteo entre los policías y la banda, dándose así a la fuga del auto donde esta Megan. 

                                        

                A pesar de muchísimas búsquedas más e intentos que hizo su madre por buscarla, junto a la policía solamente, ya que Roy había fallecido después de estar internado varios días en el hospital x el disparo que había recibido. Nunca más volvió a verla, ni tuvo alguna esperanza o señal sobre ella.


Celeste Barrera


El desamor y una ira sin control





   Nuestra historia comienza en la ciudad de Irlanda; bah, en realidad, la mía...  porque a ella todavía no la conocía.

   Bueno, comenzaré contando quien soy: me llamo  Arion. Soy ciego pero mi mirada daña; oculto mi ojos con  que unos, lentes negros, y un pasado oscuro también. Estos secretos los comparto con mis tres hermanos. Decidimos cambiar ese pasado y llegar a la gente con música, la banda que juntos formamos se llama “The  Chance”. Todo iba bien hasta que un día  escuche su dulce voz era lo más perfecto que escuche, algo dentro de mi me dijo que debía mirarla aunque eso la dañara se desato dentro de mí un frenesí de locura y pasión, mis hermanos trataban de frenarme pero era inevitable.

   Aquella hermosa actriz ya me tenía cautivado. Intenté acercarme pero ella no mostraba interés alguno, así iban pasando los días y yo imaginaba poder mirarla a los ojos y decirle que yo la amaba, intente pensar en el daño que le causaría pero estaba irrevocable loco por ella. Una  noche en la que mi banda  se presentaba en un show muy importante me acerque a hablar  con ella y me di con la sorpresa que estaba acompañada. Eso despertó una furia incontrolable dentro de mí, a los días cuando mi rencor  creció por ella, se cruzo en mi camino  y estábamos los  dos solos.

   Ya no podía evitarlo no había nada que hacer  no podía  detenerme era más fuerte que yo, me acerque a ella, le conté lo que me sucedía y ella me rechazo con la más cruel de las ironías que tenia.

   Dijo que  una mujer tan bella como ella no podía esta estar con alguien que no podría apreciar tanta belleza por el motivo de que era ciego pero no se fijo que lo que más importa es la dulzura que las personas llevamos por dentro no la imagen q brindamos por fuera.

   Eso me destrozó totalmente, ya no iba  a esconder ese secreto. Esa hermosa actriz como creía que era había destrozado por completo mi corazón. La verdad es que yo quería demostrarle que yo podía apreciar eternamente su belleza, la tome de sus brazos y lentamente comencé a  quitarme los lentes, el gris de mis ojos la cautivo y antes de que pudiera exclamar ni siquiera palabras su cuerpo comenzó a petifricarse, caí al suelo y otra vez lo había hecho, sabía que ella no volvería jamás, ella no era más que un simple recuerdo que mi hechizo de gorgón dejó.

   Así fue que recuerdo su voz, pero hoy trato de seguir adelante y tratar de ocultar mi oscuro pasado y ella también  estará en ese pasado, hoy por hoy me he dado cuenta que  hubiese sido un error en mi vida, sigo adelante con mi banda y mi vida y ya no pienso más en amores prohibidos.

                                                 

Natalia CaballosNací el 20/08/94 en córdoba .tengo 18 años y me encanta el rock nacional y divertirme.

Dalma ÁvilaNací el 01/06/1996 tengo 16 años, me gusta el rock nacional también y en especial Ciro y los persas que lo admiro.


Linda, según mi nombre

          


  Cara redonda, frentuda y con arrugas, ojos medianos color café con grandes ojeras, labios pequeños y gruesos, sonrisa triste, dientes torcidos y dos minúsculos hoyuelos en sus mejillas. Cabello ondulado hasta los hombros, algo corto, de color castaño. Pechos pequeños, brazos largos con manos descuidadas, abdomen sin forma y cintura pequeña, piernas largas y delgadas. Ese era el reflejo de su cuerpo frente al espejo.






            Alguien de contextura física tan normal que pasaría desapercibida, eso es lo que pensaba cada vez que se observaba. No apreciaba para nada su cuerpo y mucho menos su cara, y decía “mi nombre no me caracteriza para nada”.
          Para Cristian ella tenía una cara angelical. Y sus arrugas y ojeras eran el paso del tiempo, las horas vividas, las huellas de la vida marcadas en su piel. Sus ojos, dos faroles que iluminaban y quitaban su sueño. La boca conjunto a esos labios, donde salían los besos prohibidos que tanto amaba . Ese cabello, el perfume de sus sueños. El cuerpo de la mujer que deseaba, su más dulce anhelo, el paraíso en donde descansaba.
            Para  Cristian Linda era más que linda,  era hermosa. Todo eso, era lo que podía ver en ella. Todo eso lo emocionaba.
            El, un tipo decente con pinta de simpático, siempre una sonrisa en la cara, nunca lloriqueaba. Simple y humilde, era un chico de barrio. A todos lados su música y guitarra lo acompañaban. En sus veinte años nunca se había enamorado como lo hizo de Linda, no sabía que le pasaba. Tan distinto a Linda. En cambio, ella era media amargada, dulce sin ser lo cursi; reservada y tímida, ciclotímica.  Era realmente hermosa, pero se odiaba.


            Fue entonces un miércoles, su día de descanso,  que Cristian se levanto por la mañana, el reloj marcaba las 9 am y como todos los días en ella pensaba. Que estaría haciendo, si se habrá levantado, si su café estará tan frio como su alma al estar lejos de ella. Se levanto con la alegría y tristeza de poder verla, pero tan prohibida. Lo que no sabía era que ese miércoles, no sería como cualquier otro. Mientras se alistaba para ir a ensayar a la casa de su mejor amigo, “Poli”, con quien tenía una banda, su verdadero nombre era Theo, tenía la misma edad de Cristian, hacia poco se había recibido de policía, de ahí venía su apodo.
            Camino a casa de Theo, recordaba el primer día que la vio, tan triste y radiante como ninguna, con una rareza tan atrayente, con luz en sus ojos y esperanza en su mirada. Recordaba la charla que tuvieron cuando el golpeo su puerta, recordaba sus manos ofreciéndole un vaso de agua. Recordó ese  miércoles, hacia ya 2 años atras, que la vio por primera vez, nunca había sido tan feliz y tan triste al mismo tiempo.
            El empujón de algún apurado lo hizo volver a la realidad, ya estaba casi llegando a la casa de Poli.
            Fue entonces cuando llego y toco la puerta, con cierto entusiasmo, al abrirse la puerta pareció ver salir en sol y una sonrisa le invadió la cara, era Linda, la mujer de quien estaba enamorado, también la madre de su mejor amigo.
Lo hizo pasar, Poli se había ido a comprar y tenia para un rato largo ya que siempre buscaba a la novia que vivía a dos casas de la suya.  
Cristian se sentó en el sillón del living, observando los números que escribía Linda sobre los impuestos que tenía que pagar, que estaban sobre la mesita de vidrio. Viéndola tan concentrada, haciendo los cálculos, estaba ahí, frente a él, dejando caer un mecho de su pelo ondulado sobre la cara, mientras el sol que entraba desde su ventana la olestaba.
             No pudo callarse más, y murmuró:
—Linda, eres hermosa —Dijo tímidamente.
Ella levanto la mirada —¿Te parece que con mis 39 años sea hermosa? —No soy más que arrugas.

            Cristian pudo ver el amor en sus ojos. Entre el amor y el miedo, la felicidad de verla y la tristeza de traicionar a su amigo, se acerco hacia ella, acaricio su cuello, miro sus labios y su mirada de afirmación y la beso. Pudo sentir el amor hacia ella y la decepción que sentía de si mismo al traicionar a su amigo. Pero cuando dos personas son correspondidas ¿Importan realmente los demás?  Los sentimientos llevan consigo un toque de egoísmo.

        Pasaron así,  9 meses amándose en la oscuridad, viviendo a medias.  Se veían a la salida del trabajo de Cristian, se juntaban a escondidas Mientras crecía el amor entre ellos, crecía la banda de Cristian, cada vez era más conocida y tenía más popularidad. Algunos lo reconocían en la calle. Realmente eran muy buenos, tenían mucho potencial y sonaban muy bien. Se hacían llamar “Paradise”.

             Linda se sentía completa, la hacía sentir mujer, se sentía realmente linda, sentía vivir su adolescencia, la que sacrifico al ser madre joven,  la hacía sentir una nena tonta enamorada, el hombre que la hacía feliz era el mejor amigo de su hijo. Pero realmente eran felices y eso era lo que importaba, pasaban tantas tardes juntos, soñaban con una vida juntos, emanaban tanta vida.

           Ya habían pasado casi 12 meses de que ellos estaban juntos, clandestinamente. Entonces fue cuando Linda tomo la decisión de no seguir mas con eso, no se sentía a gusto. Cada noche lloraba, vivía atrapada en sus pensamientos, cada noche con su cabeza peleaba, a veces ni cuenta se daba que lloraba. La pena la acompañaba a lado que iba, estaba sumergida, sin vida. Corto toda comunicación con Cristian y desapareció de sus días como desaparece el amanecer en la mañana.


                               
  

              Era de noche y ella estaba en cama, tenía puesto su vieja remera XL que le iba de piyama, su hijo había salido y esa noche la invadía la tristeza, la soledad de la casa no hacía más que agrandar su pena, podía escuchar la aguja del reloj marcando los minutos y de repente el agudo ruido del timbre rompió con ese filoso silencio.  Cristian estaba en la puerta, ella llena de lagrimas en los ojos, le abrió. No dudo ni un instante y la abrazo, mientras las lagrimas mojaban su remera. Linda no dejo que la siga abrazando, se volvió fría y arisca. Frunció el seño y  culpo a Cristian de todo eso,  lo culpo de haberla enamorado, inmediatamente dijo que no lo amaba y le dijo que se valla de su casa, que no lo quería ver nunca mas, que solo había sido un deseo y nada más.

                Cristian con un enojo que lo invadía y una ira casi incontrolable, se fue. Sin decir ni una palabra dio un portazo y pensó no volver nunca mas allí.


                                         

             Al llegar a su casa no quería otra cosa mas que dormir, ya en su cama, lloro. Sintió cada lagrima recorrer su rostro, sintió cada golpe de dolor  recorrer su alma. Sintió  sus latidos disminuyendo, sus pocas ganas, un silencio aturdidor, una paz desgarradora y una tranquilidad inquietante, falta de vida y presencia de la muerte, la depresión lo había invadido por completo.  

               En la mañana sus ojeras invadían su cara y en  el fondo de su alma resurgía la fuerza que lo caracterizaba, y entonces se levanto, podían escucharse sus pasos cuando sus piernas arrastraba, mientras se cambiaba, el ruido de la canilla abierta cuando los dientes se cepillaba,  el sonido de una música suave , su música, que era quien lo salvaba.
Ya estando listo, agarro su guitarra y se pinto una sonrisa en la cara, casi idéntica a la que siempre llevaba.  Salió de su casa, para ir a la parada, el día parecía estar radiante, soleado y con un poco de viento, mientras caminaba recordaba el día que la conoció. Iba decidido a hablar con Linda y su hijo Theo –Su mejor amigo- , pero al llegar a su casa, no tuvo chanche, nadie habría la puerta.  Tuvo que volverse, encerrado en su habitación con un añejo W, tratando de llamarla y ella no contestaba. No tenía fuerzas para levantarse, no tenía ni ganas de agarrar su guitarra, quería terminar con su vida, de que le servía tanta fama si se sentía el más miserable del planeta. Paso así una semana, encerrado en su casa sin que nadie supiera de el.
               Hasta que recibió una llamada, era el representante de la banda, le recordó que en una semana viajarían por todo el mundo, había olvidado que uno de sus sueños de cuando era chico se cumpliría, soñaba tanto ser famoso y que su música llegue a todo el mundo. Desde lo mas fondo de su espíritu rebusco algún tipo de fuerzas que lo ayudara a volver a intentar. Destrozado fue a los ensayos de la banda, cada día que pasaba recuperaba un poco mas de vida, cada sonido, cada canción le acariciaba el alma.
                 Llego el día de viajar, con un pequeño entusiasmo fue en busca de suerte y en el aeropuerto lo esperaban los demás, se podían escuchar a sus fans pero el solo vio a una persona, vio a Linda justo parada detrás de las cintas, despidiendo a Poli, la vio tan hermosa como siempre, no la vio triste y eso le dio cierta paz y tristeza al mismo tiempo.

               Linda vio subir a Poli al avión, estaba realmente alegre por el. Vio subir a Cristian y su alma se desparramaba, en el fondo de su corazón sabía que era la última vez que lo vería. No había porque seguir estando allí, volvió a su casa, como siempre resignada. Esos días los vivió a gatas, sintió que todo era nada. No tenía un estimulo, no tenía nada. Siempre pensó que había nacido para estar triste, se miraba al espejo no encontraba nada que le gustara, se sentía tan desdichada. Estaba cansada, desconocía que era tener ganas. Esquivo su corazón y destrozo su cabeza.
                   Estando sola, sin tener nada que hacer prendió la radio y un cigarrillo se puso a fumar, se sirvió un vaso de vodka y por la tristeza se dejo llevar. Todo el día estuvo sentada en el sillón, el mismo sillón donde Cristian se había sentado el día que la beso, no pensaba en nada, solo veía la luz del sol que entraba de su ventana, veía el reloj como mataba el tiempo y en eso se morían sus ganas.
                   Su vista se nublaba y todo el vodka se tomaba. Tenía una mirada perdida, parecía estar planeando algo, estaba en otro mundo, no parecía triste, estaba decidida  y firme.
                    Ya se había hecho de noche y en su último vaso de vodka, repentinamente se paro, rompió con ese estado de shock que parecía tener. Subió las escaleras, torpemente, ya que el alcohol había hecho efecto en su organismo, caminaba tan despacio y sin pausa, estando ya en el pasillo se paro y con su cara pálida, empapada en llanto siguió. Pasó por el baño, paso por su cuarto, llego al fondo donde estaba la habitación de su hijo, entro decidida, busco arriba del placar, tiro todas las cosas que había alrededor, del fondo pudo sacar una cajita de madera vieja. Abrió ese cofre de madera y de adentro saco un calibre 9 mm, color negro con tonos en grises, con las manos delgadas que tenia la agarro, pudo sentir el frio del arma en huesos. El ruido del reloj era aterrador, podía escucharse el viento golpeando las hojas de los arboles. Podía presenciarse un ambiente desopilante.


                                         
  
                Pensó no poder más, quería irse y descansar por siempre. Seguido de eso, llevo el arma a su cabeza, lo acomodo en su cien, cerró los ojos y exploto en llanto, mordió sus dientes, imagino un mar en invierno con la esperanza de un mundo mejor, apretó el gatillo y el  silencio aterrador se rompió, se escucho el sonido desopilante de la desesperación, el ruido del disparo, su cuerpo cayo tendido al suelo, pintando todo el piso de madera con su sangre, un rojo oscuro y espeso. 



María José Leiva-Florencia Brondino-Ángeles Ponce

Alex, el boxeador engañado


   Se trata de un joven boxeador de 25 años, llamado Alex, de una altura mediana, morocho, con una personalidad que llamaba la atención.

   Después de obtener el titulo mundial de peso pesado, un 19 de octubre de 1995 contra su rival Mole Moli, fue culpado tras la muerte de su esposa con el propósito de que perdiera su titulo. Ya que no obtuvieron ninguna prueba para culparlo el FBI armó un allanamiento donde se introdujeron dragas en si vivienda.

   Fue llevado a la cárcel de máxima seguridad de Estados Unidos, previo al juicio.
 
   Cuando Alex llego a la cárcel los presos que ya estaban hace tiempo querían mostrarle que ahí había un líder al cual el tuvo que enfrentarse. Sumándole causas ahora por muerte del un preso por lo cual lo condenan 20 años mas de prisión.
Cinco años después su abogado le ofrece que para poder recuperar su libertad debía luchar contra el líder de otra prisión, Alex acepta y se prepara durante dos semanas para esta pelea.

   Llegado el día tras una hora de pelea continua, Tom cae al suelo, todos creyeron que Alex había recuperado su liberta; pero para sorpresa de todos Tom  levanto y lo golpeó fuertemente, por lo que tuvo que ser internado en estado de gravedad.


  Tras dos meses internado y sin ninguna noticia favorable, Alex logra recuperarse y salir del hospital y recuperar su libertad porque  el juez dicto que tom no debió actuar de esa forma y descubrió que   todo había  sido una trampa para que Alex perdiera su titulo mundial y que sus enemigos habían matado  a su esposa con el propósito de que el fuera a prisión.
Fariña-Fuentes-Gómez